La forma en que nos conocemos dentro de una relación de noviazgo es en lo más natural, dialogando. Cuando nos conocemos debe existir una apertura a la verdad, sin excepciones. Lo único que hace la excepción es la prudencia de decirlo, el cómo decirlo,en donde y cuando; pero nunca sin querer ocultar.
La omisión nos aparta de una relación Libre.
Cuando dejamos de mostrarnos tal como somos puede existir de nuestra parte un engaño a la otra persona. Cuando nos mostramos podemos asegurar que estamos permitiendo que la otra persona nos conzca y por consecuencia pueda ir construyendo un nosotros auténtico, libre de apariencias que privan la apertura al amor. lo que somos en su vida.“conocer”.
La omisión nos aparta de una relación Libre.
Cuando dejamos de mostrarnos tal como somos puede existir de nuestra parte un engaño a la otra persona. Cuando nos mostramos podemos asegurar que estamos permitiendo que la otra persona nos conzca y por consecuencia pueda ir construyendo un nosotros auténtico, libre de apariencias que privan la apertura al amor. lo que somos en su vida.“conocer”.
Viviendo de las apariencias es más fácil llegar a omitir. Creemos que lo que ocultamos le hace un bien a la relación, pero esto es falso. Mientras más omitimos más nos apartamos de la verdad, por consecuencia nos apartamos del sentido del noviazgo. La verdad os hará libres” y no hay libertad sin verdad. Podemos buscar cientos de excusas, pero sabemos en el fondo que existe el engaño.
Existen omisiones, que no son precisamente un engaño, no siempre podemos revelarnos en un solo momento a la persona. Necesitamos que exista la continuidad para percibir en nuestra relación que es tiempo de hacerlo. Entonces nuestra omisión jamas fue engañosa, sino que estuvo sujeta al desarrollo natural de darnos a conocer al otro.
Este primer momento en el que nos decidimos por salir al encuentro, debe ser un espacio de disposición, donde las palabras y las acciones nos revelen; debemos ser conscientes de que esta es la única forma de "conocer"
Es precisamente en este intercambio ordinario donde comienza a suceder lo extraordinario, comenzamos a encontrarnos con la otra persona. Esta compenetración del uno con el otro, es lo que pone en común lo que somos, permitiéndonos conocer y distinguir el lugar que debemos dar al otro en nuestro corazón.
Bendiciones.
Si quiero conocerte de verdad, también debemos poner los medios para que eso suceda. Cuando reconoces el interés por adentrarte al mundo del otro, buscas espacios propicios para comunicarte. Existen muchos lugares que se prestan para la ocasión: El café, los bolos, el jardín, la alameda, los helados, la banqueta de la casa o el tan aplicable rejaso. No puedes conocer en medio del ruido, en ese lugar te aseguro habea todo menos el conocer.
La apertura en el noviazgo comienza por ser quien somos. Sin matices, sin escalas, sin miedos, nada de eso, pone en mejor evidencia nuestra capacidad para actuar de cara a la verdad.
La apertura en el noviazgo comienza por ser quien somos. Sin matices, sin escalas, sin miedos, nada de eso, pone en mejor evidencia nuestra capacidad para actuar de cara a la verdad.