sábado, 10 de marzo de 2012

La píldora del día siguiente


"Lamentablemente, la estrecha conexión que, como mentalidad  existe entre la práctica de la anticoncepción y la del aborto se manifiesta cada vez más y lo demuestra de modo alarmante también la preparación de productos químicos, dispositivos intrauterinos y "vacunas" que, distribuidos con la misma facilidad que los anticonceptivos, actúan en realidad como abortivos en las primerísimas fases de desarrollo de la vida del nuevo ser humano" (Juan Pablo II, Enc. Evangelium Vitae -25-3-95-, Nº. 13)


Desde la perspectiva bioética, la licitud absoluta  que se ha concedido y que  procede de prácticas abortivas subsiste también para la difusión, la prescripción y la toma de la píldora del día siguiente. No intento justificar el uso inconsciente  tan solo por ser licito en el entorno social, sino condenar su uso por la falta de información y formación que brindan los responsables (centros de salud) que de manera engañosa proveen este instrumento abortivo ( véase en video) sin indicar que las consecuencias físicas que esta tiene . Moralmente  sostengo que existe una  gran responsabilidad  por quienes comparten  la intención de este método, ya que  cooperan directamente con tal procedimiento y  esto los vuelve eticamente-responsables del acto.





La «píldora del día siguiente» es un preparado a base de hormonas (puede contener estrógenos, estroprogestacionales, o bien sólo progestacionales) que, tomada dentro y no rebasando las 72 horas después de una relación sexual presumiblemente fecundante, activa un mecanismo prevalentemente de tipo «antinidatorio». es decir, impide que el eventual óvulo fecundado (que es un embrión humano), ya llegado en su desarrollo al estadio de blastocisto (5ª – 6ª día después de la fecundación), se implante en la pared uterina, mediante un mecanismo de alteración de la pared misma.
El resultado final será, por lo tanto, la expulsión y la pérdida de este embrión.
La mujer que recurre a este tipo de píldora, lo hace por miedo a estar en el período fecundo y, por lo tanto, con la intención de provocar la expulsión del eventual recién concebido. Y, además, sería utópico pensar que una mujer, encontrándose en las condiciones de querer recurrir a un anticonceptivo de emergencia tenga la posibilidad de conocer con exactitud y oportunidad su actual condición de fertilidad.


Resulta claro que la llamada acción «antinidatoria» de la «píldora del día siguiente», en realidad, no es otra cosa que un aborto realizado con medios químicos de triple efecto. Es incoherente intelectualmente, e injustificable científicamente, afirmar que no se trata de la misma cosa.
TRIPLE EFECTO:
A- Abortivo: porque su carga hormonal altera las paredes del endometrio, imposibilitando así la implantación del óvulo fecundado;
B- Anticonceptivo: porque torna la mucosidad vaginal densa e impenetrable para el espermatozoide (efecto espermicida);
C- Anovulatorio: porque inhibe la normal maduración del óvulo, con lo cual impide la ovulación. 
Por otra parte, está bastante claro que la intención de quien pide o propone el uso de dicha píldora tiene como finalidad directa la interrupción de un eventual embarazo, exactamente como en el caso del aborto. El embarazo, en efecto, comienza desde el momento de la fecundación y no desde la implantación del blastocisto en la pared uterina, como en cambio se intenta sugerir implícitamente.

Evitar el uso irresponsable de este producto es responsabilidad de todos, para ello propongo un par de alternativas que favorecerían su conocimiento.
  •        Generar pequeñas comunidades en donde se impartan cursos de  de  bioética, una bioética que este apegada al magisterio de la iglesia.
  •              Formar comités de bioética familiares como un primer esfuerzo por prevenir en el mismo circulo familiar el uso de estas técnicas 
  •       Interrogar con objetividad a quien dicen que el uso de este método es totalmente inofensivo. 
Unidos todos a favor de la vida. 



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