En la pos-modernidad, hemos desarrollado un mundo categórico. Lleno de elites marcadas, de status y condiciones sociales exclusivas o mejor dicho excluyentes; Marchantes del amor compartido(casa de huéspedes) donde nadie nos satisface; redes sociales virtuales que en un bien positivo de favorecen la comunicación interpersonal (acercan fronteras) , lo alejan día a día de la realidad objetiva que nos hace “ser lo que somos” animando al usuario a convertirse en la cara de un libro que puedes hojear y elegir por interés, ¿interés?; Antros de noche que “liberan” al hombre en un connotado ritual libidinoso . Entre tantas listas que hacen al catalogo…
El Gran Catalogo (ego-alimentario)
Inmerso en una cultura tercer-mundista, que es sin duda mi marco de referencia que me permite ver una gran proyección de lo que se está viviendo alrededor del globo terráqueo. Si hiciéramos una comparación entre las posibilidades de elección de una persona de este siglo y de una persona del siglo pasado, encontraríamos que la capacidad de elección de una persona del siglo pasado posiblemente estaba disminuida (empobrecida) por las pocas opciones de “adquisición”; para una persona que ha nacido o brincado a este nuevo milenio ha encontrado una gran variedad de opciones que multiplican su grado de satisfacción y no solo por aquello que implique poseer un bien material sino también aquello que alimenta efímeramente los sentidos del ser. Buscando en cada una de ellas satisfacer la incesante llamada a la felicidad; que ha encontrado al hombre como presa fácil de su propio Yo. ¿Acaso es más libre el hombre de ahora? O ¿Es acaso que ha convertido su pasado experimental en un futuro generoso? Apostaría a que ninguna de las dos. El nuevo siglo propone una perspectiva muy diferente a la de sus antecesores, una especie de concepción de la felicidad en la que sin saber a concentrado su atención, esta concepción la he llamado el "Gran Catálogo" una visión filosófica que revela del hombre la debilidad por la cual no encuentra su felicidad; El hombre buscando el fin en todo aquello que solo medía la felicidad, pero que no la vuelve por ningún motivo completa, ya que concibe a la adquisición como su todo; viviendo en una inmersión objetiva-difusa que lo deslumbra y lo aparta fuertemente de la felicidad ; este nueva cosmovisión que ha generado el hombre parte de la acción del uso de este “Gran Catalogo” -elegir varios bienes sin que uno de ellos le produzca un bien- Convirtiéndose día tras día en una vivencia necesaria ; En gran parte, el hombre desconoce el por qué de su obsesión y considera que mientras más contacto tenga con el catalogo, más cercano estará de la perfección. En este proceso de asimilación que dirigirá consciente o inconscientemente como "FELICIDAD", viéndose fuertemente involucrado y comprometido de manera sentimental con el Catalogo.
.... (Búsqueda de la Felicidad Part.1) Cuando Adquirí los discos de mi artista favorito en los tiempos de mi adolescencia vi prender en ese momento a mi sensor de la emotividad, que me marcaba a través de una sensación de: dicha y satisfacción.... sin conocer el concepto de felicidad, me comportaba como si lo supiera: Yo soy feliz, Yo y nadie más podía compartir en ese preciso momento un instante de mi felicidad por lo que en ese momento he adquirido. Pero, ¿Y si nunca hubiera adquirido la discografía? ¿Qué sería de mí? ¿Viviría frustrado en mi presente?... pues no, pero quizá la experiencia de lo sucedido me dejo una lección, una lección en donde veo los elementos del catálogo como pobres aspiraciones que realmente más que para lo que son.
El Genio del Gran Catalogo.
La oficina creativa que hace posible esta mafia de explosión de sueños en una realidad limitada (por la manera en que sea vendido la experiencia de la Felicidad) es ni más ni menos que el alto EGO, es ahí en donde se maquilan los sueños creados por estimulación, algo así como paquetes de satisfacción personal, en donde mientras más obtengas de beneficio propio, más efectivo y adictivo será. ¿Suena tentador, no?
Pero, cuando hablamos de felicidad, el EGO siempre deseara obtenerlo todo y el YO influenciado deseara a toda costa disfrutar, exigir, buscar y anhelar la felicidad, se aferrara tanto a esta lucha que se volverá con el tiempo tan refinado que jamás querrá llegar al fin último de la felicidad.
El Yo, no es más que un recuerdo de un puñado de pensamientos que viven apartados de la tan mencionada realidad objetiva, ya que no es ahí en donde yace la felicidad, sino en lo transcendental que está por encima del Yo observador, Yo fiscalizador, Yo pensador, Yo experimentador –La felicidad no puede ser permanente en el sentido de la palabra, ya que esta mas allá del tiempo y el espacio y si buscamos ese deseo mismo de continuidad estaríamos corrompiendo su origen.
La felicidad no es tuya, no es mía, la felicidad “es”. “Es” en sentido analógico como el mismo aire que te acaricia y continua su rumbo; si tu lo aprisionarás para ti, el aire dejaría de ser esa fuente de frescura.
Solo cuando logremos llevar nuestra mente mas allá de ella misma, dejando de lado las cadenas de un catalogo que solo sabe satisfacer el EGO-inflamado de los corazones que viven bajo los deseos de sí mismos alcanzaremos el rose perfecto de la felicidad.