En mi pasado viaje al hermoso estado de Aguscalientes, tuve la oportunidad de festejar mi cumpleaños de una manera poco inusual, pero con un gran sentido espiritual. En un viaje de extrema aventura por los pasos del cañón de José de Gracia, en sus largos y tétricos puentes que conectan las murallas de piedra de un lado a otro, permitidas por el ingenio humano, hasta este ultimo que cautivo mi espíritu con destellos de miseria humana pero de renovadora afección; una rara combinación pero de impacto reflexivo al ver la estatua gigante del Cristo Roto; manco, cojo, con un rostro de aflicción , maltratado por el tiempo, pero con una firmeza oblativa.
En un inicio antes de aproximarme al a isla que depositaba tan majestuosa imagen, mi corazón insensible se mantenía al margen del destino turístico. entre risas y chistes en la lancha que nos trasladaba a mi y a un par de amigos a través de la presa rumbo al destino. Ya en el arribo, escuche a una señora comentando a su hijo de 8 años, una de las tantas razones que después tomarían significado en un “cristo roto” ,diciendo en pocas palabras:
-es este el recuerdo de que almas del mundo están rotas.
Ni antes ni después, tras esta aseveración de la madre a su hijo, mi conciencia cambio de panorama; ahora el margen de rigidez y de aficionado había sido sustituido por un plano reflexivo, en donde la contemplación me invito a morar en mi interior.
El Encuentro
Ya en tierra firme, y contemplando a una cercanía de nomas de 30 metros la figura del Cristo Roto, me preguntaba ¿Que era eso de las almas rotas? ¿Mi alma acaso estaba rota?... No era solo un comentario literal, sino una figuración del estado que ocupan las almas en el interior de las personas. habíamos fabricado quiza prisiones para el alma y no una morada digna; dejandonos vagar por el vacio existencial que solo podía ser resultado del alimento vanal, de aquel que solo llena el cuerpo pero que parte el alma. Era este el recuerdo del olvido de nuestra dualidad (Alma/Cuerpo) que se complementan en lo más puro cuando las dos caminan sobre el paraiso terrenal. Como era posible que habia olvidado esto.
Mientras más me acercaba al Cristo, más me impactaba por su figura, que tocaba mi interior con mensajes de desolación, de miseria, en mi rosotro una sonrisa pintada, pero dentro de mi habia una empatia entre aquel Cristo y Yo. Fue cuando escuche en mi interior un reclamo
-mirame, he permanecido asi para que viéndome te conmuevas por el dolor de los demás, de aquellos hermanos tuyos que están como Yo, rotos.
Un momento de tristeza me inundo por algunos segundos, deseaba gritar y llorar al mismo tiempo en un coraje alucinador. ¿Cuantos no estan sufriendo a causa de mi falta de compromiso? porque ir tan lejos y alarmarse por un México bañado en la ironia del cambio, cuando yo no puedo ni siquiera regalar una sonrisa al mendigo que pide un centavo para sobrevivir; cuando yo no puedo hacer simplemente lo que me corresponde hacer.
Mi educación profesional, mis viajes, mi posición queda en la basura cuando no hago de mi un instrumento de Fe, Esperanza y Amor.
Ya frente al Cristo Roto cambie mi rostro falto de consuelo, tristeza y rabia; por el de recato, dignidad y valor. Me sentí cobijado frente al redentor; no por la grandeza visual que este imponía, sino por la construcción armoniosa que destellaba mi alma al regresar a casa.
FannyLu Cerón, Peter Parker, Julia Almanza., Pollo Medina., Anel Aguilera
¡Gracias por este regalo!
“Tanto tiempo, tanto espacio y coincidir” (Fernando Delgadillo)